El gato bengalí debe tener una apariencia fiera, una complexión fuerte y musculosa, y el carácter que le corresponde a un gato doméstico. Su tamaño es de mediano a grande.

Pequeña en proporción con el cuerpo, pero en equilibrio. Más larga que ancha, de perfil curvo, de hocico ancho y cuello alargado. Mentón fuerte. Tan diferenciable del gato común como sea posible.

Las patas traseras son ligeramente más altas que las delanteras. Las almohadillas de "pies y manos" han de ser por completo negras (véase en otra de estas fotos).

El gato bengalí tiene el rabo corto y ancho. El dibujo debe formar anillos y es imprescindible que la punta sea negra.

Ovalados; dorados, verdes o marrones, con una ligera inclinación hacia la base de las orejas. Con dibujo de máscara en su contorno. Ni WCF, ni TICA, ni FIFE expresan que la nariz deba ser "rojo ladrillo"; en GCCF y CFA es más deseable.

Son de tamaño pequeño a mediano, con una ligera inclinación hacia delante. -Un fallo muy extendido son las "orejas grandes tipo murciélago"-, porque son grandes.

Debe marcar contraste entre un diferente color para el interior y el exterior de las rosetas (que pueden ser abiertas, cerradas, en flecha, o tipo pisada, pudiendo un mismo gatito recoger todas ellas), evitando los patrones de rayas verticales.

El gato bengalí tiene la barriga moteada en negro sobre un fondo claro -mientras más cercano al blanco mejor-, sin que haya rayas que atraviesen su estómago (véanse en esta foto las almohadillas negras de las patitas).

El gato bengalí es un gato de pelo corto, suave, lustroso, y preferentemente brillante (glitter). Apuntamos que el pelo del gato bengalí es muy sensible a la luz, ante nuestros ojos y más ante una cámara -por esto también hemos escogido esta fotografía: Con sol directo, claridad y sin sombra-.

Carácter muy vivo, jugueton, activo. Busca compañía y atención. Muy noble y fiel a su dueño. Le encanta el agua, herencia de sus ancentros. En el Gato bengalí, el carácter forma parte de su estándar, lo que redobla la selección de ejemplares con actitudes muy nobles (que también hay que trabajar).

Aunque forma parte más de la vida y la evolución del gato bengalí que de los estándares, es conveniente explicar el fuzzy. El "fuzzy" son los pelitos grises de camuflaje, que van perdiendo al crecer, que apagan el color en los gatitos cuando son pequeños, cuando comienzan a desarrollar su llamativo color, para protegerlos en la naturaleza de los depredadores. Su presencia, mayor o menor, marca el grado de herencia de sus ancestros salvajes, entendiendo que tener mucho es buenísimo.

También añadimos, de modo personal, que el gato bengalí evolucionará físicamente, pero especialmente en su pelaje. El color se irá formando en los primeros meses (siendo habitualmente muy grises con negro de pequeños -no es el fuzzy-). Tendremos la "percha" de su patrón nada más nacer; pronto veremos que algunos puntos se convierten en rosetas, otros tardarán meses, quizá los puntos más pequeños sean puntos de por vida. Aconsejamos prestar más atención al fuerte contraste del dibujo que incluso a su belleza, ya que el color se va diluyendo con los años, incluso en ejemplares que han sido preciosos, pero que dejan de ser llamativos en un par de años al igualar sus colores en cierto grado.